De todos los fotógrafos de Salamanca Eva y Raúl me llamaron a mí. Cuando nos reunimos por primera vez después de un rato de conversación les pregunté de dónde eran me quedé sorprendido ya que eran del mismo pueblo que mi mujer e incluso teníamos varios amigos en común.
Tanto en Villamor como en algunos pueblos limítrofes existe la tardición de acompañar a la novia desde su casa a la iglesia donde tiene lugar la ceremonia. Esto es algo que a los fotógrafos nos da mucho juego para conseguir imágenes muy auténticas. La iglesia de Villamor de los Escuderos tiene el interior gótico y la luz del mediodía baña de manera espectacular la zona donde se colocan los novios. Tanto es así que da la sensación de estar iluminado artificialmente.
Una vez terminada la ceremonia nos dirigimos al lugar del convite, otro sitio mítico de la zona, El Castillo del Buen Amor. Ubicado entre viñedos y un entorno natural que te traslada a épocas pasadas. Ahi aprovechamos unos minutos para hacer unas fotos a los novios antes de acudir al coctel. Este se celebra en el patio de armas arropado por arcadas de piedra, donde cada copa de vino sabe a siglos de historia.
Emociones a flor de piel con la familia y amigos durante la comida, entrega de regalos, abrazos, bromas y más fotos. El atardecer fue de película y más fotos. Eva y Raúl estaban dispuestos a todo, incansables, atentos, se entregaron al cien por cien.
Y para bailar de nuevo a Villamor, y otra costumbre que me encanta. En el pueblo al baile de la boda se invita a todo aquel que quiera ir a celebrar con la pareja y desde luego se monta una gran fiesta.
Aquí os dejo un pequeño resumen de lo que ocurrió en esta boda, porque esta fue una boda larga y hermosa.