Maite y Soraya se presentaron una tarde en Salamanca para tomar un café con María y conmigo, de repente soltaron la bomba, se casaban en verano. Brutal, nuestra querida amiga Soraya había encontrado el amor y se casaba con Maite, compañera en el trabajo y a partir de ahora en el viaje de la vida.
¡¡¡Cómo no iba a ser yo su fotógrafo de bodas!!! Por su puesto acepté hacer el reportaje de boda a estas dos mujeres valientes, comprometidas y viajeras incansables. Como no podía ser de otra manera me acompañaron en este viaje mi inseparable esposa María y mi compañero de fatigas Javi Calvo
La ceremonia fue muy emotiva, sus caras lo decían todo. El sonido del violín, el piano, el canto, las palabras de sus amigos y familiares, todo sonando en una misma nota de sinceridad, amor y amistad; hasta la tormenta que llegaba era perfecta. Porque después de la tormenta siempre viene la calma, las emociones se asientan y queda una luz limpia y serena que personalmente me encanta; me gusta que llueva en las bodas.
El cielo bramaba cuando se daban el si quiero en el Parador de Cervera de Pisuerga y tras el beso empezó a llover mientras ellas se partían de risa. Estaba claro que los dioses estaban bendiciendo y celebrando aquel enlace igual que lo hacíamos nosotros. Lo que le queda por vivir a esta pareja va a ser la leche.
Desde aquí María y yo os deseamos lo mejor para este nuevo camino que emprendéis.
